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Vino equilibrado y muy frutal. Retronasal muy personal e impoluta, con notas de fruta y agradables recuerdos de tierra húmeda.
Ataque en boca cálido, de carácter muy mediterráneo, que da lugar a un paso firme, de presente tanino y media estructura. Buen equilibrio, sabroso y aún por pulir y desarrollar su plena expresión.
Amplio en boca, equilibrado y con una astringencia que se va suavizando.
Suave en boca, potente, carnoso y con buena acidez. Con potencial para dejarse como vino de guarda.
Tomás Postigo llegó a la Ribera del Duero en el año 1984, y hoy es considerado como uno de los enólogos más veteranos y que mejor conoce la zona.
Voluminoso, redondo, con taninos suaves propios de una maduración correcta. Equilibrado, denso, fácil de beber. Con final largo y persistente.
Un vino con una fuerte personalidad, equilibrado, compleja y elegante.